lunes, marzo 01, 2010

PRIMO RIGOBERTO, EL INCORFOMISTA MÁXIMO



PRIMO RIGOBERTO, INCONFORMISTA 100 %
CUESTIÓN DE PESO

Jamás nada lo conformó. Primo Rigoberto es el tipo más inconformista que conocí... Le ofrecieron ser candidato a presidente de la Nación, y no aceptó, quería que lo nombraran Rey. Cuando accedieron, dijo que no, que Emperador o nada. Se casó con una Miss Universo, y la dejó por fea, aunque más bien por flaca.
-De lo máximo, o todo, o nada –era su lema de cabecera. Nació en cuna de oro. Y oro de verdad. El padre, capo mafia en Sicilia, le daba todos los gustos. Era el único varón entre 22 hermanas. Y el último hijo... Mire si habrá buscado el varón su papi... quería que heredara el imperio de la familia, con todos sus asuntos de droga, trata de blancas, contrabando de armas... y que fuera un tipo duro, al estilo de “el Padrino”, la película de Cóppola. Pero entre 22 mujeres, arrancó con todo en contra, pobre. Para nada tenía tendencias homosexuales, pero como no salía a la calle, por el miedo del padre, de que lo raptaran las “familias” rivales, se crió siempre entre las hermanas. Y uno es 80 % genético, y el resto cultural. El padre lo llenó de juguetes como pistolas, ametralladoras, granadas, pero él, híperceloso como era, otro de sus defectos, le robaba los juguetes a las hermanas más chicas. Las muñecas, los jueguitos de cocina, y los zapatos de tacos altos a las más grandes... Hablaba a los grititos, como hacen las nenas. Se llegó un día a pintar las uñas... Cuando lo vio el padre, 3 infartos tuvo, en menos de una hora. Comenzó a enviarlo con “los muchachos”, ya desde los 5 años, a que viera las matanzas que hacían. Pero acostumbrado a ver las películas de amor, junto a las hermanas, no le gustaba ver correr sangre. Además tenía oído absoluto, y de una agudeza digna de un murciélago. Y el ruido de las balas, lo atontaba. El padre lo obligó a ver todo los días “El Padrino” y sus dos secuelas. Pero pronto se dio cuenta de que iba a ser un fracaso como capomafia, y lo dejó hacer su vida. Primo Rigoberto se dedicó a las mujeres. Exagerado como era, le gustaban las muy gordas. Pero él era muy chiquito, y además le gustan muy altas, como a primo Perfecto. Debe ser un síndrome familiar... a mí también me gustan las rellenas... Pero ellas no gustaban de él. Toda mujer, desea ser protegida por un hombre, y si mides 1,80, y pesas 180 kilos, no sientes que un hombre como primo Rigoberto te protege, bajito y esmirriado como es. Para colmo, él no decía que era hijo del “Padrino”. Y como se ve en esta foto, que le sacó el padre, para saber en que andaba, pronto cayó en el... ¿como llamarlo...? ¿Vicio, pecado...? Bueno, le gustaban las mujeres de látex. Y las inflaba como se ve en la foto. Tuvo más de un disgusto. Algunas le explotaron, y al caer al suelo desde arriba de ellas, le quedó de recuerdo más de una quebradura. Eso era bueno para él, porque luego le mentía al padre, diciendo que había peleado con unos matones. Y pobre tío, le creía, para sentir que su hijo era de su raza... Mejor dicho, en realidad trataba de creerle, pero le costaba. Esta foto que muestro, no la vio nunca... hubiera sido fatal para el viejo. De exagerado nomás, compró una limusina, pero le pareció corta, y le agregó 10 metros más de auto, y tuvo que hacerle poner bisagras para doblar en las esquinas. Y eso también le pareció poco, exagerado como era, y le agregó 16 metros más de auto. Pero con esta tuvo problemas, no podía doblar, solo podía ir en línea recta. Y cabeza dura, la usaba igual, y terminó casi con su vida, porque la hizo llevar al desierto del Sahara, para poder usarla. Era muy sensible al calor, y se deshidrató. Estuvo grave, porque luego, para que lo hidraten, nada de un poco de agua para él. Exigió que lo llevaran al río Nilo, en helicóptero. Allí casi lo come un cocodrilo... Pero estar en Egipto, fue lo mejor que le pasó en la vida. Conoció a un sultán, muy viejo ya, que tenía 666 mujeres, entre esposas, esclavas y concubinas. Era un harén casi sin uso... Como lo del cuento de la viejita, que vende un coche que sólo usaba para ir a misa los domingos. Se lo compró. Cuando las vio desnudas, algunas eran de su gusto, pero la mayoría eran de peso normal. Bueno, hizo venir al especialista más famoso en nutrición de la Argentina, que tiene un programa en la TV, para que la gente adelgace, pero le pidió que las haga engordar. Tuvo que comprar una cadena de supermercados, para alimentarlas. Eso le gustó al padre, porque como perdía plata, lo usó tío para lavar dinero de la cocaína. Eso lo reconcilió con tío. Sintió que su hijo, algo de sangre mafiosa tenía. Eso sí, cuando las tuvo a todas bien cebadas, muy súper gordas, las pudo disfrutar poco... Las mujeres se le quejaban de que no había ropa para ellas en las tiendas. Porque no usaban burka, iban por las calles, en El Cairo, vestidas como las mujeres occidentales.
Aquí debió intervenir de nuevo el padre, y le envió un grupo de sus “Muchachos”, para que obligaran a los industriales a que fabricaran ropa para talles súper grandes... Hubo un incidente internacional, entre los mafiosos y los fabricantes de ropa femenina del Cairo. No se hizo público, pero se tuvo que ir de Egipto. Y se tuvo que llevar todo el harén a otro país... Eligió USA. Allí hay tanta gente obesa, que ni se notan sus mujeres. Mejor dicho no se notaban, pero se le fueron escapando una a una, porque las fueron convenciendo unos evangelistas, de que la poligamia era pecado. Se quedó solo. Pobre primo Rigoberto, al principio le dolió mucho. Por eso volvió a las muñecas de látex. Ahora tiene un harén de ellas.
-No te discuten nada, no tienen “días femeninos”, no tienen parientes, no pelean entre ellas, no hablan, no les “duele la cabeza”... son perfectas -me dijo un día, que hablamos por teléfono. Es más, ahora puso una fábrica de muñecas de látex, pero modelo súper grande, exageradas, como le gusta a él. Se esta haciendo más millonario que el padre, y tranquilo, sin problemas legales, porque es un negocio lícito. Porque en el fondo a muchos hombres les encantan las mujeres con inmensos pechos y nalgas gigantes. Pero por razones de prestigio social, se meten con delgadas, para evitar ser objeto de burlas. Y esas de látex, las llevas en el baúl del auto, te metes en un motel con ellas, y a gozar el placer prohibido.
Que en el fondo, exagerados somos todos, pero no nos animamos a darnos los gustos, por pudor, por vergüenza, por no pecar, o porque no podemos, por falta de medios. Primo Rigoberto, nació en cuna de oro, y ahora vive en cama de oro.
Lo envidio, por supuesto de modo sano... Y es más, me regaló uno de sus muñ... No nada, nada, no me regaló nada, fue un lapsus... Eso, un error de tipeado. Olvídenlo.
En mi familia hay muchos más ganadores de los que se sospechan. Eso sí, a primo Rigoberto, eso no lo conforma.
Amen y amén... pero cuidensé...

4 Comments:

Blogger Mabel G. said...

Tu primo Rigoberto ! es como para escribir un libro!
Te lo dije en más de una oportunidad: tenés una familia de lo más colorida, amigo!
Debes sentirte muy orgulloso de ella!


Un abrazo Cilencio amigo, y gracias por las risas que me proporcionas cada vez que leo tus entradas.
Sos UNICO (que no escuchaste?)
U N I C O !!!

5:36 p. m.  
Blogger CILENCIO NO SE CALLA said...

ya lo dije Mabel, soy uno de tres gemelos, lo que nunca pude saber es cual de ellos soy... un beso en Cilencio, golondrina...

6:14 p. m.  
Blogger Juan said...

Que, no es un mercado ilicito el de las muñecas de latex? Se puede tener una para consumo personal? Ya mismo voy a comprar una...
Gracias por el dato, cilencio.

9:50 a. m.  
Blogger CILENCIO NO SE CALLA said...

jUAN, NO GASTES DINERO, SON MUY CARAS, TE ALQUILO LA MIA... NO NADA, NADA, NADA... UN BESO EN CILENCIO...

10:50 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home

Juiceman II