jueves, agosto 30, 2007

PRIMO NARCISO Y PRIMA POLÍTICA AMALITA

Aclaro que esta foto histórica, es de cuando prima política Amalita, decidió enmbellecer sus encantos.

PRIMO NARCISO
Mi primo Narciso, era lo que se dice un hombre muy, pero muy atractivo. Venía de la rama más rica y de clase alta de la familia. De eso, solo le quedaba un Rolls Royce, y los modales de ganador. No era perfecto, tenía algunos defectillos... jugador empedernido, perdió varias fortunas al póquer, porque no sabía mentir bien, y fumador de los que encienden el cigarrillo con el pucho. Bueno, de beber no hablemos, creo que es el secreto de su longevidad, siempre estuvo conservado en alcohol. Una vez, la policía le hizo un examen de alcoholemia, y salió que tenía sangre en el alcohol. Drogas las probó todas, una madrugada del invierno de julio, no teniendo nada mejor a mano, se fumó en pipa las cenizas del padre, tío Eustaquio. Tío se fue al cielo como humo. Pero primo Narciso se asustó mucho, porque pensó que ese humo era el alma del padre. En eso se corrigió, nunca más fumó cenizas de la familia. Y mujeriego, bastante... Bueno, no se puede decir que era mujeriego, sino que las mujeres lo buscaban desesperadas, y él tenía muy poca voluntad, como para el resto de sus adicciones. Y de trabajar, nunca se animó...
-Yo estoy para grandes cosas ejecutivas, como presidente de la Nación, pero prefiero mantenerme al margen... la política es mafiosa –decía siempre, cuando le criticaban desapego al trabajo. Y en realidad, tenía razón, el no las buscaba, pero casi todas las mujeres casadas del club aristocrático donde era socio, habían tenido algo con él, y él algo de ellas, parte de su dinero...
-Lo mío es el canje, yo les doy, ellas me dan –me dijo una vez, con la serenidad del que dice la verdad.
Pero el juego fue su perdición. Quedó con una deuda de 2.875.980 dólares, cuando se jugó un dinero para pagar una estancia, que le dió Sofía C., perdiéndolo con unos apostadores profesionales. Sofía se puso mal y le exigió que le devolviera el dinero, sino se lo decía a su marido, capo mafia retirado, pero capo mafia de los duros.
-Tengo que conseguir una mujer que me de todo eso, y una amante nunca me lo va a prestar... Tengo que casarme, y sé con quien, con la duquesa Amalita E., que está loca conmigo. Esa tiene más dinero que el Vaticano, desde que quedó viuda de un obispo anglicano gay, inglés –me dijo, preparando su plan siniestro.
-Es la mujer más asquerosa que conocí en mi vida, porque aparte de vieja, fea, gorda y lasciva, es tan antipática, que ni por diez mil dólares, los taxi boys quieren tener nada con ella -siguió contándome su repugnante plan.
-Ni bien nos casemos, antes de morir del asco, voy a hacer que mis amigos de la policía, me la saquen del medio, simulando un robo, sin violación porque eso nadie lo creería –dijo sereno, con la frialdad de un témpano.
Y sí, se casó con ella, y a los pocos días, primo Narciso tuvo un accidente terrible con el Rolls Royce, se quedó sin frenos. Los expertos de la compañía de seguros donde su mujer había asegurado la vida de él, dijeron que fue una falla humana, pese a que reconocieron que los caños del freno estaban serruchados.
-Es una falla humana, porque un buen conductor, debe verificar siempre, que los frenos no estén serruchados –explicaron los expertos.
Lo importante que la aseguradora pagó todos los gastos del coche y de la amputación de sus piernas y las prótesis. Es más, le dieron una silla de ruedas que parecía una Ferrari en miniatura, hasta roja se la pintaron. Como no se le pudo probar nada a nadie, el sospecho accidente, quedo invisible en la neblina de los casos cerrados.
Los del calefón que explotó cuando se bañaba, también fue considerado una falla humana.
-No se deben poner calefones en los baños, y menos dejar dentro un cartucho de dinamita –explicaron los de la compañía de seguros.
Ahí perdió solo un brazo, el izquierdo, y el ojo derecho. La compañía se hizo cargo de los gastos y de las nuevas prótesis. Como sus genitales estaban intactos, debió seguir teniendo “conocimiento carnal” con su esposa. Ella no le hacía asco a nada...
–Fue una compensación justa, tuviste suerte -le dijo Amalita –ahora tus dos mitades, tienen cada una habilidades diferentes.
Tan mal venía primo de salud y ánimo, que no encontraba fuerzas para planear con sus amigos policías, el “viaje” de su mujer al más allá.
Lo duro estaba por venir. Fue cuando la silla de ruedas, por alguna inexplicable causa, quedó conectada al enchufe de la corriente eléctrica, donde estaba la TV. El paro cardíaco, fue lo de menos. De eso salió en la terapia intensiva. Pero el daño de la electricidad, le dejó tan mal su único brazo, que debieron amputarlo. Y perdió el otro ojo, cuando cayó de la silla, al golpearse con ella.
-Fue una falla humana, nadie debe conectar la silla eléctrica al tomacorriente, sino a la batería que lleva -dijeron los de la compañía de seguros.
Ya sus genitales habían cesado de funcionar, lo que al menos le trajo un alivio, no debía tener relaciones sexuales con su cónyuge.
La caída de la silla de ruedas desde el barco al Pacífico, cerca de Haway, donde habían ido de vacaciones, también fue considerada una falla humana.
-Las sillas de ruedas deben venir con flotadores, en los casos de vivir cerca de ríos o mares –fue la opinión de los expertos.
Y la cosa fue dura. Cuando lograron rescatarlo, solo quedaba su cráneo, porque los tiburones se habían devorado el resto.
La compañía de seguros, logró salvar su cerebro, porque ni bajo amenazas de muerte, querían pagarle a Amalita el seguro de vida, que era por cien millones de euros. Por suerte, fue su último accidente. Los de la compañía, sospechando que Amalita tenía alguna incidencia en la seguidilla de accidentes, tomaron a su cargo el cerebro, que funciona en un laboratorio, en Suiza, donde lo mantiene funcionando, custodiado por guardias de seguridad.
Y esa es la historia de primo Narciso. Se casó para salvarse de que lo mataran, y por suerte, al menos lo más importante de una persona, su cerebro y su alma, siguen en este valle de lágrimas.
Claro, lo que nunca se enteró, es que Amalita estaba en la ruina, también jugadora empedernida como primo Narciso, y planeó casarse con él, matarlo y cobrar el seguro de vida.
Pobre Amalita... debió vender todo lo que le quedaba, y además tiene un juicio porque no puede pagar los gastos de mantenimiento de su marido, en donde lo mantiene la Compañía.
La vida es dura, si lo sabrá Shakespeare. ¿O no...?

martes, agosto 14, 2007

MI PRIMA NORMA

ESTO VA CON LA FOTO PARLANTE DE ARRIBA, PERO NTERNET ME FUNCIONA MAL.
MI FAMILIA
La vida de prima Norma fue muy agitada... se la pasaba gimiendo en las camas...
Muy prolija, porque era contadora pública nacional. Si, les contaba a todos en el país, lo que hacía en las camas, ellas y sus amigas. Incluso llevaba libros contables con sus actividades. En el DEBE, colocaba las veces que le metía los cuernos al marido, tío Octavio. En el HABER, el dinero que recibía, por su trabajo de gemidora profesional. Ella supo que a mayoría de los hombres de su época, jamás hacían llegar al orgasmo sus esposas, porque de sexo no sabían nada, y además pedirle “cosas inusuales” a la legítima esposa, era una vergüenza. Fue una generación de mujeres si orgasmos.
Entonces prima Norma decidió que lo suyo sería un sacerdocio. Hará felices a los hombres, teniendo conocimiento carnal con ellos, y así lograría que tuvieran el placer de sentirse sex synbols. Pero en realidad ella no mentía cuando gemía, durante el acto. Ella gozaba mucho, era ninfómana al 5.000 %. Pero además era asmática. Y los gemidos le salían automáticos, a la mínima presión sobre su pecho.
Lo que se ve en esta foto parlante, no terminó en tragedia. Porque estaba de acuerdo con el marido, tío Octavio, para extorsionar, para no decirle a la esposa de la víctima, que tenía relaciones con ella. Porque todo lo filmaban con cámaras ocultas, y solo salía con peces gordos, de la política o del clero, que fueran casados. Y esos pagan bien. El de la foto, es un diputado muy famoso en su tiempo, neoconservador, del que no diré su nombre.
Usted dirá que los peces gordos del clero no son casados... Jejeje... no ante la ley... pero todos tienen o amantes o concubinos, incluso concubinas y amantes del sexo femenino. Y todos sabemos que son justo los amantes, los más celosos, porque se sienten desprotegidos al no tener papeles que acrediten su relación.
Eso sí, extorsionadora, chantajista, dígale lo que quiera, pero trabajadora como pocas, prima Norma. Igual tío Octavio. Hasta 7 funciones por día daban... Hicieron mucho dinero. Eso fue su perdición. Un día se pusieron a discutir, sobre cual de los dos merecía más proporción de las ganancias. Prima decía que ella ponía el cuerpo y los jadeos, y merecía más.
Tío saco la Mágnum 44, se la puso en la boca, y le dijo, sereno como siempre,- “Yo pongo esto”. Ganó tío. Mejor dicho, no es que ganó, más bien perdió. Se le escapó el gatillo y la mató.
Pobre tío, nunca más consiguió una gemidora como prima Norma.
Quiso seguir el negocio con otras esposas, pero ninguna le daba más de 5 extorsiones por mes. Seducir hombres de mucho dinero, no sólo es cuestión de belleza y juventud. Se necesita glamour, psicología, y sobre todo un gemido natural. Desesperado, quiso probar con otras asmáticas, pero no funcionaron...
Les agarraban ataque de asma, como pasó con prima Leticia, y hubo que llamar a una ambulancia, justo cundo estaba con un obispo, muy conocido, salía mucho en TV.
Esta historia tiene un final muy triste, trágico...tío Octavio terminó poniendo en una agencia de solos y solas VIP. El único candidato que tenía, era él, que simulaba ser multimillonario. Salía con todas las mujeres, que se enamoraban de sus tarjetas de créditos doradas y de platino.
Les hacía poner cuantiosos bienes a su nombre, y después fingía haberse suicidado por celos, ya que le había llegado un anónimo donde decía que la mujer lo engañaba.
Le salió bien siete veces. La octava, esposa de un célebre comisario, le puso una mujer policía a investigarlo, y terminó ahí su carrera... Bueno, no exactamente ahí, sino en una cárcel de máxima seguridad, donde lo confundieron con un violador. Y todos saben que les ocurre en las cárceles bravas a los violadores. Pasan a ser mujer de todo el mundo. Vida muy dura, salvo que uno se relaje. Pero tío Octavio era un tipo duro. No de relajarse. Le dolía siempre...
Buen, los dejo, no me gustan los finales tristes, pero Shakespeare se llenó de fama con sus tragedias... Seguro que hay un público para todas las formas de arte.
Amén y amen.

domingo, agosto 12, 2007

ESTOY ENFERMUCHO, CON POCAS GANAS...

...Y además debo llenar la heladera, haciendo porquerías como esta, y caricaturas de gente que no me gusta, y encima ir a dar clases de dibujo, que al menos al menos ahí hay gente que me quiere, porque son cursos, y nadie los obliga a venir.
Pero en realidad creo que estoy exagerando... es que a veces uno pierde ganas de hacer cosas, a la menor excusa.
No los aburro más. un beso en Cilencio para todos.

jueves, agosto 02, 2007

ESTE ES MI SUEÑO, MI HADA MADRINA

Como verán es muy joven, y algo inexperta, pero tiene buena voluntad.
La muestro antes de mi spot de los sueños, porque Google no me dejó poner ambas cosas al mismo tiempo.

¿LOS SUEÑOS, SUEÑOS SON?

LOS SUEÑOS

¿La vida es sueño? Lo es para mí, cuando recuerdo a mi padre... Murió durante mis 14 años, y creo ver un vago rostro, y oír el ya indescifrable sonido de su voz. No tengo fotos suyas, en una mudanza, junto a la mayoría de las fotos de mi pequeña historia, me las robaron, y eso lo transforma más en algo onírico. Y es tan sueño, para mí, como ya es polvo de sombra de sueños, el segundo anterior a este, en que pensé y escribí la palabra “sueño”.
En muchos pueblos primitivos, creen que los sueños nocturnos, una parte de la vida real. Y lo son tanto, como lo que llamamos”vigilia”. Lo que soñamos o pensamos, es real, al menos en nuestra mente.
Shakespeare dijo que “estamos hechos de la misma madera que nuestros sueños”. Y soñamos lo que deseamos y lo que tememos. De mis sueños deseados, muchos son eróticos, sombras evasivas de amores que no tuve ni tendré, y desee, y son infinitos.
Nada es tan infinito como la ambición del amor. Todo lo que hacemos es para que nos amen. O al menos que nos quieran. Y a veces, solo para que no nos desprecien, para no quedar afuera y poder ser real para los otros, no apenas un sueño de uno mismo.
Soñando, resolví problemas insolubles, como decirle a mi padre, recién este año, en el largo otoño de mi vida, “te quiero”, y besarlo en la frente, frase que nos debemos los dos. Y tan huidizos son nuestros miedos y nuestros pudores, nuestro miedo a la realidad, esa loca de rostro indescifrable, que besé a un hombre calvo que no se parecía a mi padre, que también era calvo, pero ahí yo sabía que era mi padre. En ese ¿sueño?, cumplí lo que no realicé en el otro, en el que creo haber existido.
Me gusta soñar, lo deseo, incluso aunque, como dijo Shakespeare, vengan las “yeguas de la noche”, las pesadillas. Porque si bien me asusto mucho en ellas, una vez morí y sabía que había muerto, y luchaba por moverme y no podía, pude en mi desesperación por revivir, despertar. Y pese al miedo, aún perdurable hoy, logré gozar el misterio de haber conocido el supuesto dolor angustioso que se siente al morir, si es que se va a sentir algo, y luego de saber que era tan solo eso, uno de los tantos íncubos, espectros y duendes malignos que pueblan nuestra mente.
Para mí, cada día pasado, se parece tanto a un sueño, que creo que no lo viví. Y los días atravesados, en sus miles de vericuetos y meandros, y sus recuerdos, los bellos y los otros, y las evocaciones del futuro, se me mezclan en una sopa vaga, agridulce. Miles de veces comí, jugué, trabajé, peleé, sufrí y amé, y apenas ahora cada uno de esos hechos está fundido en algo muy similar a un sueño. Pero no cada uno, sino apenas hay fotos, pobres mínimas polvorientas sombras de sombras, de algunas escenas exiguas, las más importantes, muchas veces las primeras, las dulces, o las últimas, las agrias.
Y se me filtran en la conciencia, las deformaciones que hago de esos sueños y de los recuerdos de los sueños ¿delirios?, pasados.
Se que muchos esperaban algo cómico o humorístico de este espacio. Bueno, los defraudé. Solo quiero hablar de los sueños, ese poquito de entes mágicos, radiantes, que en muchos de ellos, nos suele suceder, y que luego, al despertar o creer que despertamos, no lamentamos que haya sido algo apenas soñado. Y por fortuna, no suelen quedar nostalgias de ya aquello, lejano, borroso, casi inefable, para nuestra frágil memoria.
Y por el contrario, nos dan la felicidad, justo sus contrarios, las pesadillas, que por paradoja, luego de aterrorizarnos o entristecernos, nos dan la gran alegría de que eso terrible y horrible, no era realidad.
Es una de las felicidades que da la vida, recuperar lo que creímos perdido, y lo supusimos irremediable.
Todo en lo que creemos, la vida misma, es paradojal. Es paradoja nacer para vivir, porque moriremos. Es paradoja morir, porque suele ser alivio de los dolores, pavores y placeres perdidos que nos brinda vivir.
Es paradoja, soñar en vigilia, que obtendremos algo maravilloso, como ese amor sublime soñado a la hora de los fantasmas. Y es contrasentido gozar el haberlo obtenido en esos minutos del sueño, y deleitarse con lo que pareciera que no poseemos, pero sí quedó para siempre en eso, en nuestro recuerdo de ese sueño.
También cuando flotando entre las sábanas, como si fuéramos nubes y vientos, recorremos lugares y seres, que sólo viven allí en ese otro mundo, el del delirio onírico, saboreamos el placer de lograr cosas imposibles, y el gozo de que si las perdimos, es apenas un ensueño lo extraviado.
En sueños, se puede gozar, saborear, relamerse, fisgonear, disfrutar de eso tan temido, tabú, y tan curioso que es la locura. Y volviendo de ella, sin sufrir lo que desde afuera, suponemos sufren los locos. Que no es así, locura es vivir abriendo los ojos, ver todo, conocer todo, privilegio terrible de quienes hemos vivido mucho, y seguir abriéndolos, como si no temiéramos divisarlo.
Soñar es viajar a dimensiones absurdas, sin el descalabro que producen las drogas o la demencia. Uno allí, vuela, golpea, ama, convive con fantasmas, con monstruos, cambia en el instante las cosas de lugar, o las transforma, como mago, como un dios, en algo distinto, como en los cuentos de fantasía. Se puede ser príncipe, princesa, vencer dragones, o vestirse con ropajes de tules tan sutiles como la brisa muy tibia de primavera, para recibir al príncipe que nos acaba de salvar, y nos va a amar. Claro, esto último si se es mujer... Lo anterior, si se es varón, es ser el príncipe que derrota dragón, y luego conquista a la princesa. Y aquí no importa los años que hemos vivido. Siempre seremos seductoras princesitas y briosos mancebos.
De niño, muchos sueños, aún viven en mí, siempre me dejaron y me dejan aún, la sensación de haber sido reales. Allí vi a un fantasma a los pies de mi cama, que luego desapareció, era un hombre, en esos momentos supe que era fantasmagórico, y me dio mucho miedo. Y por eso, jamás sabré si los fantasmas existen y sólo aparecen en los sueños, sobre todo de los niños. Si alguien sabe que es la vida, y para que es, ojalá pueda descifrarme esto.
Los chamanes se drogan, para entrar en éxtasis, y en sus visiones, viven sueños, que luego, eliminada la droga, interpretan a su arbitrio. Y como creen eso real, es real, como mi fantasma, visto en mi sueño.
De Juana de Arco cuentan que suponía tener visiones celestiales, que le indicaban como salvar a Francia. Puede que haya sido verdad. Lástima que esos sueños, o apariciones, no le dieron el último capítulo del guión de su vida, el que indicaba como salvarse ella.
Los sueños suelen ser elaborados por poderosos y terroríficos hechiceros, brujas amargas, malignas, y por gnomos y elfos, todos burlones, sádicos, y muy mordaces. A veces aparecen algunas hadas dulces, seductoras, amantes... Si lo sabré yo...
Todo esto lo soñé ya, porque al acabar de narrarlo, en el papel soñado que es la pantalla del ordenador, ya ni lo recuerdo, ya pasó, y me desperté. En segundos, pasarán a ser viento helado, allá lejos, espantándose y espantándome, en el fugitivo tiempo de los sueños.
Espero no haber aburrido a nadie. Y si fuera así, ojalá le sirva para adormecerse y soñar sus ensoñaciones más soñadas.
Amén y amen.
Juiceman II