CRONICA DE UN AMOR ANUNCIADO

AMORES SECRETOS SOSPECHADOS

Mi Prima Lucrecia y tío Fernando, eran amantes... no, no eran padre e hija, sino prima de la rama de mi madre, y tío de la de mi padre.
Nunca se supo la verdad, pero se sospechaba. En las reuniones familiares, se la pasaban hablando muy mal, uno del otro. Y en realidad, ambos eran tan buenas personas, y reconocidos como tales, que se hacía dudoso. Por aquello de que “del amor al odio, hay un solo paso”. Ambos eran casados, con hijos, religiosos de ir a misa y comulgar todos los domingos. Claro, tenían mucho que confesar, pero no creo que eso lo confesaran, eran muy celosos de su secreto. El marido de Lucrecia era capo mafia, en Sicilia, y tío Fernando estaba casado con la hija de otro capo mafia, pero calabrés. Con eso no se juega, ni se arriesga. Las trampas que hacían para encontrarse, son inimaginables. Ella logró ser azafata de avión, por las influencias de su papi, pese a que era gordita, petisa y más bien se parecía a Homero Simpsons, y él se incorporó a la marina mercante de Uganda, para encontrarse en lugares extraños, lejos de miradas curiosas. Esto le trajo a él, momentos muy escabrosos, que no narraré, en medio de mares enloquecidos por el viento, con enloquecidos por otra cosa, marineros ugandeses, que a veces pasaban un mes sin pisar tierra. Y ahí se animaban a pisar a cualquier cosa que tuviera orificios.
De más esta decir, entre Lucrecia y Fernando, que sus encuentros eran muy esporádicos. Esto era lo mejor de la relación. Todos sabemos que lo mucho harta, y lo poco provoca hambre. Ellos estaban muertos de hambre, famélicos...
En realidad se habrán encontrado unas 40 veces, como por ejemplo en una mezquita de Irak, donde él fue disfrazado de mujer, con share, para encontrarse con ella sin hacerse notar. Esa fue impresionante, porque tuvieron relaciones en el share de él, que era de goma. Esto le permitía estirarse y entrar ambos en el mismo. Lo incómodo lograba que cuando se agachaban para poner la frente en el suelo, no tuviera tío uno de sus más graves inconvenientes, la eyaculación precoz. Bah, también era inconveniente para prima Lucrecia, incluso mucho más.
Tanta era la desesperación que tenían por comunicarse su infinito amor, que hicieron mil y un cursos para aprender telepatía sin hilos. No hubo caso, les faltaba concentración mental, es que el apasionamiento que tenían, para no decir calentura, que queda feo, desmoronaba cualquier intento de penetración mental. Porque de la otra hubo y bastante.
Se hicieron adeptos de la Escuela Científica Basilio, esos que los médium hablan con las almas de los muertos. Pensaron que así se comunicarían sus almas, pero eso no les funcionó, porque para ser efectivo, uno de los dos tenía que estar muerto.
Otra peripecia frustrante que les ocurrió, se ve en la foto parlante que ilustra esto, pero que al menos le permitió a tío Fernando, un estado físico muy bueno, y luego superó su eyaculación precoz.
También se encontraron en una isla del Pacífico sur, gracias a que prima Lucrecia, hizo aterrizar el avión donde trabajaba, convenciendo al resto de la tripulación que había una bomba en el portaequipajes. Ese contacto fue paradisíaco, porque lo hicieron con un traje especial de buzo de las profundidades, donde la presión del agua, permitió que la penetración fuera realmente como celestial, o infernal, según le parezca más erótico. Y esto, pese a que debieron detenerla, por culpa de un enorme tiburón blanco, que intentó devorarle a tío... nada, nada, eso no es interesante... Sigo...
La vez que se encontraron en la cima, de un volcán de Sudamérica, no voy a decir cual, durante una de las erupciones, eso sí fue calentura... les caían cenizas al rojo vivo, y ellos ni las sentían, pensaban que habían encontrado el lugar para lograr el éxtasis ideal para sus encuentros amorosos. Estuvieron un año en distintos sanatorios para quemados, con quemaduras de segundo y tercer grado. Pero eso los excitaba más, pues el dolor les hacía rememorar ese momento infinito, mágico, sí infernal. El encuentro en el desierto del Sahara, fue bastante frustrante, pero el amor siempre triunfa... fue durante una tormenta de arena, y es terrible hacerlo con arena en el... bueno, ahí, pero eso sí, fue una experiencia única, muy ardorosa... sobre todo eso, muy ardorosa.
Lo que hicieron, en el carnaval de Venecia, disfrazados de caballo, él iba atrás, fue una experiencia única. Allí conocieron como es que los caballos hacen el amor, y son tan fogosos...la de la chimenea en una fábrica de Notario, fue de las más arriesgadas y duras... porque entre que estaba nevando, y la chimenea estaba muy sucia, fue como un parto de nalgas... pero eso no es todo. Cuando estaban por salir de ahí, encendieron la caldera, y la chimenea se puso más caliente que ellos. Ni se imagina como subieron por la chimenea. Ahí les sirvió de mucho la experiencia que habían hecho cuando lo hacían arriba de las montañas...Y no les faltó la experiencia espeleológica... en una caverna de México, fue, no sé como calificarlo, gótico... porque es alucinante hacerlo donde están volando miles de murciélagos, y el piso lleno de extraños insectos, que los picaban. Ellos ni se daban cuenta, y le sumaban al ardor de las picaduras el de ellos. Y ahí si llegaron al éxtasis total...
Hace tiempo que no sé nada de ellos. Y no me pregunte como sé tanto... mi profesión de psicólogo, me impide revelar secretos...
¿Y sabe una cosa? Siempre se sospechó lo de ellos, y todos le tuvieron siempre envidia... No hay amor más maravilloso que el prohibido... Los únicos que jamás se enteraron, fueron sus parejas legales... Bah’, creo que sí, que sabían todo, pero eran amantes...
Entre bueyes no hay cornadas...
No hay nada mejor que la familia unida.
Amén y amen...